miércoles, 2 de noviembre de 2016

Los medios de comunicación le hacen la cobra a la información

Somos ese país que demonizamos lo que nos gusta: el azúcar es lo más malo del mundo, la carne roja provoca cáncer, "sin gluten" es moda y que lo sano sí, pero sin obsesionarse. Sin embargo, la crisis es sinónimo de oportunidad y saca lo mejor y más creativo de nosotros mismos. ¡Viva la crisis! YA. CLARO. 

He puesto cobra en google. Sin más. Buscaba el animal. Lo juro y mi título de periodistabióloga debería servirme, al menos, para respaldarme en esto. Hasta el tercer resultado de la segunda página no ha aparecido la típica y esperada definición de dicho animal de Wikipedia. En cambio, como ya se supondrá todo lo anterior versaba sobre Chenoa, Bisbal y lo gilipollas que estamos.

A lo mejor es que aquí ya no sabemos distinguir nada y lo confundimos todo. No sabemos si estamos alabando a una persona o rebajándola. No sabemos si somos un periódico serio o El Marca (por ejemplo). No sabemos si somos un medio que informa o  un twittero na noche sin plan.


De los creadores de: ¿De qué color ves el vestido: azul y negro o blanco y dorado? Llega a sus pantallas, periódicos, televisores, emisoras de radio (puntountopunto): ¿Hubo o no hubo cobra? Es bastante vergonzoso que sea noticia algo como esto, y más si es algo no real. No se salva ni uno. El Mundo, El Periódico, Marca, 20 minutos, La Vanguardia... Y paro, no parezca que estoy haciendo un repaso a todos los periódicos del país.

Todos tenemos culpa, con las redes sociales jugamos a ser sabios y jueces y como tal, podemos, y casi debemos, repartir sentencias y penitencias. Con la explosión de las redes sociales nunca se sabe qué vamos magnificar, qué nimiedad vamos a elegir para hacer eclipsar toda la realidad y deformarla a nuestro gusto. Que sí, que toda una generación estaba pendiente del reencuentro, que estábamos hasta nerviosos por la cita que teníamos con Escondidos como si se tratara de una propia, también, somos así de absurdos. Pero, lo más grave, lo que debería haber marcado la diferencia es la profesionalidad de los medios de comunicación. También, la línea entre lo anecdótico y lo importante, entre la nostalgia hormonada y la coherencia. Que la elección de lo que deben o no publicar, de lo que es noticia, no se deba a un rápido barrido de lo que las redes juzgan. Y más aún, si ya han pasado días (Hasta cuatro fotos en la edición impresa de un periódico se han llegado a publicar hoy para que sus ávidos lectores de información pudieran decidirse sobre el actual debate de la nación.)

Chenoa gusta. Gusta tanto que hasta a quien no, le da rabia lo mucho que gusta. En este siglo, no se puede ser mujer, destacar por la personalidad y valetía e intentar pasar desapercibida. Lo sentimos Chenoa. No puedes pretender ser a la vez humilde, fuerte, sensible y talentosa. No puedes ser indulgente porque eso te convierte en buena persona, y las mujeres buenas se suponen débiles, y como débiles tenemos que apoyarlas. No puedes ser natural porque, como mujer, deberías ser comedida: asentir y sonreír como respuesta a todo. Ni decir palabras malsonantes ni, si me apuras, reír fuerte. Y punto. Ni puedes, POR SUPUESTO, tener 40 años y estar soltera o sin hijos, porque alguna tara tienes que tener, tía. Porque no. Porque no estamos preparados ni preparadas biológicamente para conjugar esas dualidades que hemos decidido incompatibles. Y nuestras básicas mentes cortocircuitan y acaban haciendo lo contrario de lo que deberían. Empoderar. Porque no, "el cariño no está de moda", ni los buenos sentimientos, ni hacer con tu vida lo que quieras, ni echarle ovarios. Y si alguien fuerte llora, es débil o está destrozado/a. Y no vayas a tener el suficiente sentido del humor como para conseguir reírte de todo, que serás fría. Y si no te ciñes a lo socialmente aceptado como lo normal, lo común y lo habitual y eres conocido/a, pues te conviertes en foco mediático y te jodes.
Somo ese pais que demonizamos lo que nos gusta. Y Chenoa, por desgracia para ella, nos gusta. España es chenoísta, pero no sabe demostrarlo bien. Somos humanos. Somos humanas. Es humana.

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